Fue una añada magnífica, gracias a unas condiciones meteorológicas especialmente secas. Un año que será recordado como uno de los más desafiantes para el equipo que, con gran esfuerzo, compromiso y dedicación, fue capaz de lograr un resultado excepcional. Fue un invierno seco, con solo 64 mm de precipitaciones de mayo a septiembre de 2019, un 75% menos que la media histórica de 256 mm. Durante el mismo periodo invernal, las temperaturas fueron alternativamente más bajas y más altas de lo habitual en Almaviva. Esto dio lugar a que las vides brotaran ligeramente más tarde de lo esperado, principalmente durante las dos primeras semanas de un frío octubre.